Por Swami Sri Bhaktivedanta Tripurari
Artículo original: “Where Shakti Rules” Disponible aquí.
La tradición yóguica de Sri Caitanya con su énfasis en shakti, la potencia femenina, cumple entre otras cosas, el papel de elevar la posición de las mujeres dentro de lo que era en general una sociedad patriarcal. Sin duda este levantamiento social fue impulsado en gran parte por el rol del femenino en la trascendencia propuesto por Sri Caitanya. Las mujeres en la sociedad actual pueden así motivarse tanto en su lucha social por la igualdad, como en su lucha espiritual por la iluminación para aprender de Su ideal, incluso cuando las distinciones de género en la trascendencia son categóricamente diferentes de nuestras distinciones materiales de género.
Mientras que las diferencias materiales de género están basadas en la mala identificación del alma con la materia, haciendo que uno se malentienda como hombre o mujer, la distinción espiritual de género de Sri Caitanya radica en reconocer la diferencia sutil entre aquello que constituye la potencia (shakti) y lo que constituye al poderoso (shaktiman). Ambos son experimentados simultáneamente como uno y diferentes, una experiencia que trasciende la lógica. Al verlo a través del ojo filosófico del yoga son uno, pero visto con los ojos yóguicos de éxtasis devocional, son dos: Radha y Krishna. Son un alma en dos cuerpos danzando en juego divino. Radha es la manifestación del aspecto femenino de la deidad de Sri Caitanya y Krishna es la manifestación del aspecto masculino.
En un sentido el aspecto femenino de esta diada es más importante para nosotros, más cercano. En las escuelas Vaishnavas de yoga devocional, donde la devoción no es sólo el medio sino también la meta, las almas encarnadas como las nuestras son consideradas de naturaleza femenina a pesar del vestido corporal que usemos en este mundo. Es decir, somos una expresión del aspecto shakti de la pareja divina. En este sentido, nuestra constitución es más cercana a la de Radha que a la de Krishna. Ella es nuestra fuente.
Mientras Krishna es la deidad del amor divino –objeto de amor perfecto– Radha es la personificación del amor mismo. Así ella no sólo es nuestra deidad, siendo un aspecto de la divina diada, sino que además es nuestro ideal de devoción. Sin el ejemplo de un ideal, un modelo a seguir, la teoría no es de mucha ayuda. Yogeshvara, “Maestro del Yoga”, como se nombra Krishna en el Bhagavad Gita, sólo enseña la teoría del bhakti-yoga, pero es Radha quien lo enseña con su ejemplo y personifica la perfección de la devoción. Así lo hace en el divino lila, juego. Y además es su shakti el que empodera a nuestro profesor terrenal y ejemplo, el guru.
Así, en relación al practicante de bhakti-yoga, la posición de Radha es más importante que la de Krishna. Sin embargo, si vemos su posición desde un punto de vista absoluto –a través de los ojos de loto de Krishna– su posición es apenas disminuida. Después de todo, en la perspectiva de Sri Caitanya, Krishna se ha enamorado de Radha, y mientras el gran mundo yóguico se arrodilla ante Krishna ¡Las rodillas de Krishna tiemblan ante la sola mención del nombre de Radha! Mientras la comunidad yóguica idolatra a Krishna por buenas razones, el bhakti yoga de Sri Caitanya está preocupado por la ídola de Krishna –Radha. Bienvenido a la tierra del amor, que no conoce la razón.
Este ámbito es representado en el ampliamente celebrado mantra Hare Krishna que Sri Caitanya pide a sus discípulos que canten. Un mantra que primero aparece en los Upanishads, el mantra Hare Krishna es un mantra de nombres divinos recomendado para esta era de riña y discordia. Consiste en tres nombres: Hare, Krishna y Rama, todos ellos en caso vocativo. Los nombres Krishna y Rama son pronunciados cuatro veces cada uno, mientras que el nombre Hare es pronunciado ocho veces: Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare.
Krishna significa “irresistible”. Rama el otro ser inmediato, Balarama, el hermano mayor de Krishna en su lila pastoral. Hare es el vocativo para Hari, que significa “el que quita”. Todos estos son nombres de Krishna, a quien se llama con el mantra –¡Oh Hari! ¡Oh Krishna!, ¡Oh Rama! Sin embargo, Hare también es vocativo de Hara, un nombre de la Shakti de Krishna, Radha. Entendido de esta forma, Hare significa aquella que roba el corazón de quien es irresistible, la conocedora del divino amor romántico y, en esta orientación conceptual al maha-mantra, el Rama es tomado como otro nombre de Krishna: “aquel experto en divino amor romántico”. Así, este simple mantra de nombres divinos nos lleva a lo profundo del mundo yóguico de amor divino, donde shakti manda por sobre shaktiman. Busca unir a Radha y Krishna enamorados en su juego divino, y al hacerlo facilita el panorama a quien canta para seguir a Radha y enamorarse de Krishna, quien se ha enamorado de ella.